Recordando Semana Santa

Recuerdo días enteros organizando desde la decoración de la iglesia, hasta las partes de la misa minuciosamente, recuerdo a los niños jugando alrededor mío, queriendo hacer algo magnífico ese día tan especial, siempre cada año volvía del colegio el jueves Santo para comer algo e irme corriendo a la capilla para asistir al lavado de los pies, todos parecíamos hormigas trabajando por una sola causa, mostrar y graficar todo lo vivido por Jesús en esta semana hace 2000 y años atrás.

Luego venía el vía crucis, mágico y hermoso momento en el cual caminábamos por todo el barrio la gente se incorporaba a nuestra procesión a medida que pasábamos por su hogar y que decir de aquellos que gustosamente se ofrecían para armar las estaciones, manteles blancos, flores recién compradas o cortadas de el jardín, a eso yo le llamo trabajo en equipo, sabíamos que si la señora se ofrecía para hacer el altar de una estación, éste estaría perfectamente armado a la hora indicada, caminábamos todos unidos como una sola alma hasta llegar a la Parroquia en donde una misa nos esperaba.

Luego en la noche hacíamos la vigilia y la mejor parte para mi era el sábado Santo y la ceremonia del fuego, esa misa era la que más disfrutaba, toda la capilla alumbrada sólo por la luz de las velas, era mágico, la capilla repleta de fieles. Primero comenzaba con la bendición del fuego en un terreno junto a la capilla, luego caminábamos todos con las velas prendidas, si se nos apagaba corríamos a pedirle fuego al vecino, ya que no se nos podía apagar el fuego bendito, luego en la capilla comenzaba la misa, algunas veces los capítulos bíblicos los actuábamos para entretener más a la gente, terminada la misa nos íbamos a casa felices y celebrando que jesús había resucitado, llegábamos a casa y sacábamos los paños blancos que poníamos en todo imagen que teníamos de jesús.

Domingo Santo, todos a misa para terminar una semana llena de alabanza a Dios, todos estábamos felices de haber entregado lo mejor de cada uno, nuestros niños felices de haber ayudado y participado en todo momento, no hay nada más hermoso que ver la felicidad de un niño y ver en sus ojos la ilusión de haber servido a Cristo. Que recuerdos, gracias a Dios tengo muy buenos recuerdos de esa época en donde forme a muchos niños y jóvenes el camino de Dios...

¡¡¡Felices Pascuas a todos!!!


Por Fernando Wilkinson
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